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Apr 20, 2023

La falsificación de productos se refiere a la producción o distribución ilegal de mercancía que infringe los derechos de propiedad intelectual de una marca registrada o patentada. Los productos falsificados pueden incluir una amplia gama de artículos, como ropa, accesorios, electrónica, cosméticos, etc. Este hecho puede tener graves consecuencias tanto para los consumidores como para las empresas legítimas.

Para evitar ser víctimas de este tipo de delitos, en este episodio invitamos a Diego Muñoz, que es Magister en Derecho, experto internacional en temas de Propiedad Intelectual y fundador y presidente de Muñoz Abogados, una de las firmas de servicios legales más dinámicas de Colombia. “La falsificación es un problema grandísimo a nivel mundial. La gente piensa que sólo copian las marcas famosas de bolsos y ropa, y resulta que la mayoría de las falsificaciones es de otro tipo de productos, de consumo masivo, como de aseo, alimentos y hasta medicamentos”, alerta nuestro invitado.

Hay diferentes maneras de violar la propiedad intelectual. “Puede ser simplemente de la marca, donde toman un producto que no tiene la misma calidad que el original y lo marcan como tal, pueden ser falsificaciones frente al producto como tal y sus fuentes de fabricación porque no dicen lo que es, etc.”, describe Diego, y agrega: “Por lo general, las copias de los productos se dan cuando uno está llegando a un punto de éxito que efectivamente hace que este tipo de cosas sucedan, porque para los falsificadores es mucho más atractivo poner nuestro producto y venderlo más barato, pero si no tienes los cuidados desde el comienzo de tu producto vas a tener problemas a futuro”.

Lo primero que debe hacer cualquier emprendedor es registrar todas las marcas que tenga para sus artículos. El tener un registro tanto a nivel nacional como también en los países donde distribuimos nuestra mercancía nos va a permitir poder accionar legalmente ante cualquier persona que viole o falsifique nuestra marca. “Es una medida muy importante y efectiva que todo el mundo, así esté recién empezando, debería hacer”, destaca nuestro especialista.

Hoy en día, uno tiene que proteger y registrar su marca país por país. “Hay tratados internacionales que les permiten a quienes registren una marca tener seis meses de prioridad para llegar a cualquier otro país donde se quieren registrar, pero vencidos esos seis meses ya no hay ninguna protección”, aclara Diego, y añade: “Hay otros mecanismos internacionales, como el Protocolo de Madrid, en el cual algunos países son miembros. Bajo esa modalidad, puedo presentar mi solicitud en varios países en los cuales quisiera tener el registro de mi producto, pero debo pagar algunos derechos y llegar a que mi trámite se apruebe país por país”.

Asimismo, Diego recomienda registrar nuestra marca en China y Panamá: “En China porque hoy todo el mundo está fabricando en ese país, y nos ha pasado que mandan a fabricar el producto allá y quieren cambiar de proveedor y se encuentran con el problema de que el fabricante ha registrado su marca en China; y en Panamá porque casi todas las mercancías del mundo vienen a través de ese país y allí hay un muy buen control con medidas fronterizas, entonces se puede hacer una intervención interesante para evitar que la mercancía llegue al destino final”, desarrolla.

En algunos países, como Colombia, este tipo de infracciones tiene consecuencias penales, porque efectivamente esto constituye un delito, además de civiles y comerciales. “Puedo pedir que al falsificador le quiten la posibilidad de que ejerza el comercio en el país, se decomise la mercancía falsificada, me den una indemnización por los daños causados, etc.”, enseña nuestro invitado.

Luego viene el punto de cuán eficaz es la justicia en cada país. “Este tema funciona bien en países como Perú y Chile. En otros países, como Brasil o Centroamérica, ya se complica actuar de la mejor manera. La legislación es uniforme en casi todo el mundo, pero las diferencias surgen por las deficiencias del aparato judicial de cada país”, comenta nuestro especialista.

Cada vez que decidamos vender en otro país, lo ideal es hacer una planeación para tener una protección completa a nivel mundial. “Es algo costoso, pero si se hace una buena planificación puedo, sin afectar mi flujo de caja, tener las herramientas que me permitan llegar con mi marca a cada país sin tener problemas”, recalca Diego, y cierra: “Cada registro que uno hace en un país es un activo más que estamos adquiriendo para nuestra compañía y es un valor más que le damos a nuestra marca”.

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