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Sep 27, 2022

Sabiendo la situación del planeta, es ideal que las empresas tengan la obligación de cuidar el medioambiente de sus productos, fabricación y posterior desecho. En Alemania y Francia surgió el EPR (en inglés Extended Producer Responsibility) o RAP (del español Responsabilidad Ampliada del Productor), que es una política medioambiental que responsabiliza a los productores de todo el ciclo de vida de los productos que introducen en el mercado, desde su diseño hasta el final de su vida útil, incluyendo la recogida y reciclaje de residuos. Para concientizarnos y conocer de qué se trata esta nueva reglamentación, invitamos en este episodio a Patricia Alava, administrativa del departamento de Eco-legislaciones en AVASK, y José Villarroel, Extended Producer Responsibility Business Development Officer en la misma compañía.

“La RAP se trata de un nuevo impuesto y se enfoca en recaudar valores que ayudan en el tratamiento y eliminación sostenible de estos productos”, define Patricia, mientras que José remarca: “Es importante destacar quién es el productor. El productor es quien coloca su producto por primera vez en el país, que es donde la regulación ya está establecida, y por ende se convierte en un producto sujeto a los requisitos de la RAP. El productor puede ser el que fabrica, el que importa al país o el que vende un producto”.

Actualmente, el EPR está vigente sólo en Francia y Alemania, aunque estiman que se va a expandir por toda Europa. “En Inglaterra está previsto que inicie oficialmente en el 2024. Austria y Suecia también están por ingresar. No está del todo confirmado, pero España ingresaría en el 2023. Todos los países están encaminados a implementar esta regulación, porque el tema medioambiental está en niveles críticos y se está buscando la mejor manera de manejar estos desechos”, sostiene Patricia.

La RAP está dividida por categorías. “En Francia, por ejemplo, si vendes productos que caen dentro de estas categorías debes registrarte. Tenemos la categoría de embalaje, aparatos eléctricos, pilas y baterías, mobiliario, neumáticos, papel, productos textiles y químicos y equipo médico de piercing”, enumera Patricia. Mientras que en Alemania, según José, “redujeron las categorías a tres solamente, que son embalaje, aparatos eléctricos y pilas y baterías”. “Pero el EPR es una regulación cambiante y puede que agreguen más categorías en los diferentes países”, comenta nuestro invitado.

Respecto al registro, éste se hace una sola vez y así se obtiene un número de identificación. “Lo que hay que hacer anualmente es un reporte de las ventas. En el inicio se hace una proyección de ventas, es decir que puedes usar las ventas del año pasado y hacer una proyección para el próximo año y haces tu eco-contribución basada en esa proyección. Al final del año se hace un balance de lo que realmente vendiste VS lo que habías proyectado y pagas la diferencia en caso de que haya alguna variación o se te realiza una devolución en el caso de que hayas pagado de más”, enseña nuestra invitada.

El número de registro es muy importante para luego publicarlo en nuestro marketplace o página web. “Cabe mencionar que para cada categoría existe un número diferente y cada una la maneja una organización distinta. Son organizaciones privadas autorizadas por cada país para realizar este tipo de actividad”, destaca Patricia, y añade: “El dinero que se recauda por la eco-contribución va a la organización que se encarga de hacer el desecho”.

Hay un pago que debe hacer cada empresa y se basa en la cantidad de ventas anuales, por lo que el valor varía por cada vendedor, producto y país. “En Francia se basa en la cantidad de unidades, ya que no toman mucho en cuenta el material del embalaje, pero en Alemania sí se toma en cuenta la cantidad de unidades más el material de embalaje”, asegura Patricia, y afirma que “no hacen su cálculo de la contribución en base al precio de venta del producto”.

Si no sabemos proyectar cuánto vamos a vender en un año, tendremos que pagar el mínimo, pero corremos el riesgo de que, “si luego vendemos 10 mil unidades, las organizaciones pueden tomarlo como que has querido pagar el mínimo y puedes caer en penalizaciones”, advierte Patricia. Actualmente, el valor mínimo a pagar en Francia son 80 euros anuales, mientras que en Alemania el mínimo son 25 euros. “Pero todo es de acuerdo al embalaje y las unidades vendidas. En las otras categorías entras a otros tipos de cálculos”, detalla Patricia.  

Esta regulación todavía no la han aplicado a tiendas físicas, sino que sólo online. Y cuenta con fechas límites que hay que respetar para poder tener un número de registro. “Si no tienes el número de registro no puedes vender y por eso ha habido muchos cierres de tiendas de Amazon”, alerta Patricia. “En el caso de Alemania ya tuvimos una fecha límite este año que fue el 1 de julio para la categoría de embalaje”, informa nuestra invitada, y agrega: “También tenemos para Alemania el deadline en enero del 2023 para aparatos electrónicos”. “En el caso de Francia han sido más flexibles, porque el deadline que habían puesto para el packaging fue enero del 2022, pero le han dado la oportunidad a los vendedores de que se puedan poner al margen de la regulación por lo que resta del año”, puntualiza José. “Recomendamos que hagan el trámite con tiempo, porque muchas personas se quedaron sin su número de registro. En el caso de aparatos electrónicos, el registro tarda en completarse tres o cuatro meses. En embalaje tarda menos”, cierra Patricia.

Email: consultas@avaskgroup.com